Hola a todos, en este artículo queremos reflejar los auténticos problemas que existen a día de hoy en nuestro sector, la construcción. Nos encontramos ante una coyuntura que a nadie hoy le es ajena. El problema del desabastecimiento de materiales en general y en la construcción en particular.
El problema más evidente o popular según los medios de comunicación es el de los semiconductores (chips) que afectan a todo tipo de productos electrónicos, pero esto no está siendo el único problema, los cierres y retrasos de producción y distribución a nivel mundial, están provocando una auténtica carrera de tiempos debido a la parada de fábricas en diferentes puntos del mundo, la llamada economía global ha generado un efecto dominó en materias primas y logística en general.
En la construcción en particular, estamos encontrando, que hay grandes distribuidores de materiales propios de nuestra actividad que están desabastecidos, ya que las materias primas o productos elaborados necesarios para la construcción y reforma de edificios provienen de otros países y los retrasos logísticos están provocando desabastecimiento.
¿Cuáles son las principales consecuencias por tanto del desabastecimiento?
Todos conocemos la famosa frase “la ley de la oferta y la demanda” y sabemos que cuando la demanda supera la oferta, los precios sufren grandes subidas. Si a esto le añadimos los costes energéticos (luz, petróleo, gas, etc.) se convierte en la tormenta perfecta en economía, y por ello la escalada de precios está siendo descontrolada.
No sólo encontramos por tanto problemas de abastecimiento, sino problemas de costes. Cuando una constructora o empresa de reformas cierra un presupuesto, normalmente lo hace con meses de antelación y con unos capítulos cerrados en precios, por ello muchas empresas entre las que se encuentran tanto grandes constructoras como pequeñas empresas, están optando por retrasar la ejecución de las obras contratadas en espera de una cierta normalización del mercado de las materias primas y la distribución. Como en la naturaleza cuando llega un tsunami, la opción más inteligente es esperar que la gran ola poco a poco vuelva a su cauce, este sería el mejor símil sobre lo que la economía está sufriendo hoy día.
Por ello, no como elemento de consuelo, esperamos que los precios vayan teniendo un efecto corrector, tanto en materias primas, como en distribución. Y siendo conscientes que siempre las grandes olas dejan restos irreparables, el cauce de la economía “razonable” vuelva a su auténtico lugar, el equilibrio.